Cuánto gana un sociólogo en Chile
El gobierno socialista de Salvador Allende en Chile y los Estados Unidos
ContactoLa carrera de sociología y antropología te proporciona una comprensión práctica del diverso mundo social y cultural que habitamos. La sociología se centra más en las sociedades industrializadas a gran escala. La antropología hace hincapié en las sociedades a menor escala y en los patrones de cambio biológico y cultural a largo plazo.
Adaptabilidad profesional Un grado de sociología/antropología le proporciona una base completa tanto para la escuela de posgrado como para el trabajo. Con amplias áreas de estudio y aplicación, esta carrera te prepara para un mundo de oportunidades en corporaciones, agencias gubernamentales, instituciones de servicios sociales, organizaciones sin fines de lucro, agencias de aplicación de la ley, y más.
Utilizando las principales teorías sociológicas para centrarse en las causas y consecuencias de los problemas sociales, investigarás las estructuras formales y los procesos interactivos que contribuyen a estas preocupaciones sociales.
Perfeccione sus habilidades para plantear preguntas y proponer explicaciones de los problemas sociales mediante el estudio de cómo sus predecesores en sociología examinaron críticamente la sociedad. Mediante la lectura y el análisis de la obra de teóricos clásicos y más contemporáneos, podrás aprender lo que significa estudiar el mundo social a través de preguntas teóricas.
Democracias alternativas / Alternativas a la democracia
Torche ha dirigido grandes proyectos de recogida de datos, como las primeras encuestas nacionales de movilidad social en Chile y en México. Su investigación ha sido financiada por la National Science Foundation, los National Institutes of Health, la Russell Sage Foundation y la Ford Foundation, entre otros.
Torche, Florencia y Alejandra Abufhele. 2021. «The Normativity of Marriage and the Marriage Premium for Children’s Outcomes» American Journal of Sociology 126(4): 931-968. Versión no publicada y material suplementario: https://osf.io/preprints/socarxiv/e4vnx/
Florencia Torche y Alejandro Corvalán. 2018. «Estimación de la movilidad intergeneracional con datos agrupados: Una crítica a El hijo también asciende de Clark» En prensa, Métodos e investigación sociológica 47(4) 787-811
López-Calva, Luis Felipe, Jamele Rigolini y Florencia Torche. 2017. «¿Existen los valores de la clase media? Diferencias de clase, valores y orientaciones políticas en América Latina» Revista de Globalización y Desarrollo 7(2): 709-751
Una biografía de_ andre gunder frank sociólogo alemán
El domingo se abrieron las urnas en el país para que los chilenos decidan si adoptan una nueva propuesta de constitución, concebida originalmente para solucionar la marcada desigualdad del país. La Constitución actual fue redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet y, a pesar de las numerosas enmiendas, la mayoría de los chilenos considera que carece de legitimidad y está demasiado orientada al libre mercado.
El proceso constitucional ha sido elogiado internacionalmente por dar al país una salida institucional a una crisis social, y por responder a las demandas de los chilenos modernos de más igualdad y una democracia más inclusiva y participativa.
La asamblea constituyente convocada para reescribir la constitución fue la primera en el mundo en tener plena paridad de género, y la primera en la historia del país en incluir escaños designados para representantes indígenas. Incluía una mayoría de independientes que reflejaba la desconfianza de los chilenos en los partidos tradicionales, y era más representativa de la diversidad del país.
Si se aprueba, la Constitución chilena se convertirá en una de las más progresistas del mundo, otorgando al Estado un papel de primera línea en la provisión de derechos sociales. El proyecto hace hincapié en la autodeterminación indígena y en la protección del medio ambiente; entre otras cosas, se desmantelará el sistema de derechos de agua, altamente privatizado. Se exigirá la igualdad de género en todas las instituciones y empresas públicas, y también se consagra el respeto a la diversidad sexual.
Joanne Rappaport, «Los cobardes no hacen historia
Chile es un pequeño país en el extremo sur. Según la visión dominante de la cartografía mundial, nos encontramos en el extremo de Sudamérica. Es un lugar que atrae los titulares de las noticias internacionales de vez en cuando. En 2011, un movimiento liderado por estudiantes universitarios y de secundaria cobró cada vez más protagonismo en un escenario internacional ya lleno de protestas sociales.
Formamos parte de la región más desigual del mundo. Un tercio de la población vive en la pobreza, sufriendo viejas y nuevas formas de violencia, abusos, corrupción y despilfarro de los escasos recursos. En este contexto, hombres y mujeres se organizan de diferentes maneras para luchar por sus sueños, para exigir el respeto de sus derechos fundamentales, para exigir a sus gobiernos que cumplan sus promesas y tomen decisiones que favorezcan el bien común. Esto también es cierto en Chile, por supuesto. Hay muchas fuentes de insatisfacción que habrían impulsado a los latinoamericanos a salir a las calles, de las cuales muchas son más evidentes que los derechos sociales de los estudiantes secundarios y universitarios. No hay que olvidar que este país del sur fue el punto de partida y de inspiración de las principales políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos latinoamericanos desde mediados de los años 70, especialmente en relación con la educación universitaria.